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2011 - SERBIA - Comentarios

SERBIA
2011
29 de agosto - 03 de septiembre

29 de agosto, un sello para salir de Croacia, un sello para entrar en Serbia
Serbia, vieja de tanto servir
Si Croacia tiene un aspecto triste, Serbia parece totalmente abatida
La campiña para comenzar, luego la región de provincia y por supuesto, Belgrado, la capital.
Los medios económicos de este país no permiten todavía el desarrollo de una ciclo-pista o por lo menos de un marcado sobre las carreteras. 
Como en el caso de otros países, incluso en Eslovaquia. 
Aquí, en el mejor de los casos, avanzamos al lado o detrás de los coches. 
Esto sin problemas, hasta que uno o varios camiones brillan en nuestro retrovisor. 
En ese caso, sin cuestionarnos, desaceleramos en el asfalto deformado por el calor y salimos de la carretera hasta que haya pasado el último de la fila. 
Cuesta arriba, nuestra ruta puede volverse estresante y para ir a Belgrado, vaya que hay que cuestas ¡y qué cuestas!
De cada lado del camino, paisaje es desastroso: basura por todas partes!!! 
En contraste con el escenario, la gente es muy simpática. 
De nuevo los claxon y las manos que desean alentarnos.
Al caer la noche, que caiga también la tensión. Afortunadamente, aquí nos podemos permitir llegar a un hotel-restaurante casi cada noche.
Nuestra llegada a Novi Sad, la segunda ciudad más grade de Serbia (200 000 hab), es como una fulminante transición entre la campiña olvidada y la ciudad bien desarrollada: lindos jardines, un tranvía casi nuevo, una magnifica plaza, galerías comerciales, anchas avenidas y primorosas fachadas. 
¡Qué bello regalo! ¡Qué paz!
Al salir de esta ciudad, gozaremos del único día en una carretera sin coches. O casi. 
Para avanzar, tomamos una carretera que estaba normalmente cerrada a la circulación por obras. Sólo que las obras aun no habían comenzado. Eso nos permitió llegar tranquilamente hasta Indija. Al amanecer, en línea recta hacia Belgrado.
Belgrado ¡qué degrado! 
Aterrizaje por el puerto. 
En perspectiva, una serie de pistas, bonitas y en perfecto estado para pasear por la orilla del Danubio bajo el sol. 
En sus aguas, un sinnúmero de barcos convertidos restaurantes, bares, tiendas, donde no hay ni una sola alma. 
Luego, ascensor para visitar el centro histérico. Perdón, histórico. 
Un día y medio son más que suficientes para visitar esta ciudad, tan vieja pero sobre todo tan en mal estado. El panorama de desolación en las calles destruidas y mugrientas, llenas de escombros de todo tipo, olor de humo, ruido sin freno. 
Belgrado
¿Cómo sentir la paz? 
¿Cómo sentirse bien?
Pero en lo más profundo de todas las cosas, incluso de las peores cosas, hay siempre una parcela de  belleza por descubrir. 
Y Belgrado tiene la suya: su calle peatonal, ancha y atractiva, podría compararse a una pasarela de un desfile de modas. 
Las mujeres de Belgrado son muy bonitas. Todas son esbeltas, relativamente altas y todas cultivan el mismo pecadillo de vanidad: saber gustar. 
Poco importa tu ángulo, poco importa tu gusto, todas son bonitas.
Si por esta razón has decidido comprar un boleto para viajar a Belgrado, aprovecha también para visitar la basílica ortodoxa de San Savas y el magnífico parque que tiene lugar en las ruinas de la antigua fortaleza.

Y ya que estás por ahí, aprovecha también para comer tomates. 
Son los más dulces y carnosos del mundo. 
Tal vez, tan atractivos como las mujeres.


Novi Sad

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