TURQUIA
Dardanelos |
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2011
26 de octube - 13 de noviembre |
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Desde el 26 de octubre, nuestro
día comienza casi de madrugada.
Los cantos religiosos, emitidos desde la parte superior de los minaretes, llamando a los fieles a la mezquita, vibran en todos los rincones del país y vienen a zumbar en nuestros oídos, para hacernos sumergirnos en la cultura y las creencias de la tierra que nos aloja.
Pedaleando contra el viento helado desde la frontera griega, entramos a Turquía por la ciudad de Kesan.
Luego, sin dejar de luchar contra el viento, nos dirigimos hacia la península de Gallipoli con el fin de descubrir el famoso y tanto envidiado Estrecho de los Dardanelos.
Los cantos religiosos, emitidos desde la parte superior de los minaretes, llamando a los fieles a la mezquita, vibran en todos los rincones del país y vienen a zumbar en nuestros oídos, para hacernos sumergirnos en la cultura y las creencias de la tierra que nos aloja.
Pedaleando contra el viento helado desde la frontera griega, entramos a Turquía por la ciudad de Kesan.
Luego, sin dejar de luchar contra el viento, nos dirigimos hacia la península de Gallipoli con el fin de descubrir el famoso y tanto envidiado Estrecho de los Dardanelos.
Largo de 60 km, este canal es el
único pasaje marítimo entre Asia y Europa.
Razón de la discordia y escenario de batalla que, desde los tiempos más antiguos, han caracterizado a esta península.
Miles de soldados de diferentes nacionalidades, dejaron su vida, tratando de apoderarse de su control.
A cada lado de nuestro camino, entre rocas y vegetación, el paisaje luce de tristeza esparcido de tantas tumbas.
Al visitar los cementerios memoriales franceses, turcos, senegaleses, ingleses, uno se los puede imaginar, como centinelas, protegiendo por siempre este trecho estirado de tierra.
Frente al mar, rodeados por un tráfico marítimo continuamente agitado, esperemos que por lo menos, descansen en paz!
Razón de la discordia y escenario de batalla que, desde los tiempos más antiguos, han caracterizado a esta península.
Miles de soldados de diferentes nacionalidades, dejaron su vida, tratando de apoderarse de su control.
A cada lado de nuestro camino, entre rocas y vegetación, el paisaje luce de tristeza esparcido de tantas tumbas.
Al visitar los cementerios memoriales franceses, turcos, senegaleses, ingleses, uno se los puede imaginar, como centinelas, protegiendo por siempre este trecho estirado de tierra.
Frente al mar, rodeados por un tráfico marítimo continuamente agitado, esperemos que por lo menos, descansen en paz!
Al llegar a la punta de la península,
medio ojo al oleaje removido, una sopa para calentarnos y media vuelta hasta
Kilitbahir para tomar el barco y cruzar el estrecho.
En dos horas, tocaremos tierra turca firme en el puerto de Canakkale.
En dos horas, tocaremos tierra turca firme en el puerto de Canakkale.
Qué lejos nos sentimos del ritmo
pausado de nuestras travesías meditativas en los campos búlgaros, griegos e
incluso turcos, sacudidos en este bullicio efervescente de Canakkale.
Una ciudad de sólo 100.000 habitantes que, en domingo por la tarde, nos dio la impresión de una desmesurada megalópolis.
Una ciudad de sólo 100.000 habitantes que, en domingo por la tarde, nos dio la impresión de una desmesurada megalópolis.
Entre el puerto y el centro de la
ciudad, nos damos como primera misión nuestra instalación.
El reto es encontrar un hotel.
Pero no cualquier hotel, sino uno, que por nuestro precio (50 TL, ± € 20), nos proponga los mejores servicios.
El reto es encontrar un hotel.
Pero no cualquier hotel, sino uno, que por nuestro precio (50 TL, ± € 20), nos proponga los mejores servicios.
Henos aquí, frente a la recepción
de nuestra última prospección antes de decidirnos por el mejor.
Gema se decide a atravesar la puerta de una, no muy modesta, fachada.
Preguntar no es grosería…
¡Ya lo veremos!
Gema se decide a atravesar la puerta de una, no muy modesta, fachada.
Preguntar no es grosería…
¡Ya lo veremos!
- Hola ¿tiene una habitación doble?
- Sí, dice la empleada.
- ¿Cuál es su precio?, pregunta Gema
- 120 liras turcas (TL)
- Demasiado caro para mí, ¡Gracias!
- Espere, no se vaya de esa manera, dice la empleada, y llama a su jefe.
- ¿Cuánto puede pagar? Dice el jefe.
- TL 50 por dos personas, dice Gema.
- Imposible, dice el jefe. El precio por persona es 60 TL.
- Ok, pero yo busco una habitación doble por 50 TL, gracias, dice Gema.
-Pero, madame, no se vaya así, permítame, dice el jefe. Si mi precio no le conviene, excepcionalmente, puedo proponerle una reducción. Si usted lo desea, mi hotel puede recibirles por 50 TL. (Además, con desayuno incluido!)
Esto se cuenta fácil, pero ¡caracoles!, no lo podíamos creer.
Antes de Canakkale, habíamos comprendido que con 50 TL podíamos encontrar una habitación limpia y cómoda. Después de Canakkale, comprendimos que con 50 TL, y un poco de suerte, podíamos ofrecernos cordialidad, encanto y clase.
¿Cuestión de táctica?
¡Tal vez!
Pero, sobre todo acogimiento 100% turco!
En práctica desde hace casi
cuatro meses, esta maniobra cotidiana para encontrar un alojamiento, nos
iniciaría al entendimiento de la actitud humana yendo desde la total
indiferencia hasta al contacto más emotivo.
Como a dos cobayos, nuestra audacia nos instalará en una diversidad de medios, en la mas rebuscadas habilidades del universo de una simple “habitación doble”, y, lo inconcebible, nos conducirá a la alucinante disparidad de y servicios que se pueden obtener en un mismo país y por el mismo precio...
Como a dos cobayos, nuestra audacia nos instalará en una diversidad de medios, en la mas rebuscadas habilidades del universo de una simple “habitación doble”, y, lo inconcebible, nos conducirá a la alucinante disparidad de y servicios que se pueden obtener en un mismo país y por el mismo precio...
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