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2012 - INDIA - Kerala - Comentarios

INDIA
Kerala
2012
17 de marzo - 31 de marzo

De la cima del Nilgiri à los backwaters en Kerala

Nilgiri, vertiginoso Nilgiri!!! 

Cuarenta kilómetros de un camino en abrupta inclinación para bajar desde Ooty, en las montañas Nilgiri, a más de 2500 m de altitud, hacia la ciudad de Coimbatore

Habíamos preparado todo para realizar ese trayecto a bordo del tren miniatura de Ooty, patrimonio Unesco desde hace algunos diez años, y apreciar desde un confortable asiento, la extensión escabrosa del relieve. 

Rápidamente nuestros planes tuvieron que cambiar ya que viajar en tren es complicado en la India y viajar en tren miniatura con dos bicicletas y maletas, mejor dejarlo para otra vida. 
Pero no hay freno que la exaltación no brinque y ahí vamos! 
Siguiendo por la ruta empinada que lleva casi el mismo camino que las vías del tren, hemos podido disfrutar de un laborioso pero esplendido descenso. 

Ocho de la mañana, 10°C. 
Con los frenos bien sujetos, sólo hay que dejarse serpentear entre colina y colina, todas revestidas de té, de pinos, de eucaliptos, de naturaleza en flor. 
Cuando la cuesta lo permite, tomamos tiempo para reposar y mover los dedos, entumecidos de tanto esquivar los coches, las motos, los peatones, los macacos, el vacio. 

¡El paisaje es embriagante!
Por todas partes los cultivos en parcelas, bajando como una secuencia de terrazas que descomponen la luz en mil verdes prodigiosos. 
ispersadas entre las parcelas, casa, casitas y casuchas en donde ni siquiera por un segundo, la vida hindú cesa de traquetear. 
Entre Ooty y Coimbatore hay 83 km de distancia y algunos 20°C de diferencia de temperatura a la sombra. 
Nuestra ruta bajo el sol, rebasa sin duda los 50°C. 
El tiempo pedaleando en la montaña, acrecentó seguramente nuestra tasa de hemoglobina, pero ni siquiera eso nos ayudó a atenuar la sofocación producida por el intenso calor y la humedad en el ambiente. 
En un hotel en Palakkad, los empleados nos echaban ojos como a los recién casados y es que pasamos cuatro días encerrados en la habitación, tratando de recuperar fuerza. 
Fue entonces cuando decidimos adaptar nuestro ritmo para optimizar nuestra energía. 
Esto nos obligaría a levantarnos a las 4h30 de la mañana para atacar el camino al amanecer y parar antes de la una de tarde. 
Y así comenzamos, observando, curiosamente, que algunas veces, el receso del medio día (y la comida con especias y picante, tal vez) nos permitía recuperar fuerzas y continuar el camino, incluso entre la una y las cuatro de la tarde, momento infernal de la jornada. 

¿Cuántos litros de agua, de coca cola, de “sora” (soda) de jugo hemos podido beber al día? 
Tres o cuatro cada uno, tal vez mas. 
Aunque siempre llevamos agua con nosotros, solemos pararnos cada y cuando para refrescarnos con lo que sea pero que esté bien helado. 
Lo que nos encanta es el jugo de mango, bien fresco. 
Desafortunadamente, con tantos “apagones” en el país, a veces no está tan fresco como quisiéramos. 
De lo que hay, aprovechamos lo que podemos y con ese ritmo en pocos días llegamos a Kochi (cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia). 
Vasta región en las orillas del mar en donde puentes y barcos unen islas y penínsulas en una enorme comarca de pescadores. La luz del atardecer, hace que las redes de pesca chinas (carrelets) parezcan estrellas flotando sobre el agua.
Una de las porciones más agradables de este trayecto, fue entre Kochin y Allepay
Un paseo formidable sobre una franja de tierra, de algunos sesenta u ochenta metros de ancho, dispuesta en dos hileras de casitas con jardines y hortalizas, sobre la orilla de cada lado, el rio y los pescadores y en la parte central, a lo largo de más de 80 km, nuestro camino bajo la sombra. 
Una excursión en la que el tren de vida de estos pueblos de pescadores, se volvió un sinfín de escenas mágicas para nosotros. 
Niños y adultos lavándose los dientes mientras atraviesan la carretera, para los más estudiosos es el momento de ir a la escuela, eso sí, bien peinaditos e impecablemente presentados. 
Cada 500 metros se puede admirar una iglesia católica, y cada 400 metros una propaganda comunista, con una foto del Ché y otra de Marx para atraer las masas. 
Un poco más lejos, las abuelas lavando la vajilla o a los bebes, o los dos al mismo tiempo; sobre el camino redes y mas redes esperando a su paso un pescador, y en los campos, las mujeres, haciendo vivir las parcelas, siempre elegantes, sonrientes y bellas. 
Pies descalzos y en sari, ocupándose de la Tierra que hace vivir a los suyos. 

Si las mujeres desaparecieran de la India, desaparecerían también su luz y su belleza.

Más formidable aun, fue nuestra expedición de 8 horas en barco para ir de Allepay a Kolam
¡Un paseo simplemente, placentero! 
Un desfile de colores frente a nosotros y de cada lado del rio. 
Nos sentíamos como recorriendo el Amazonas pero no, la India también tiene lo suyo y aquí lo estábamos descubriendo. 
Los dioses concedieron a este país uno de los climas más propicios a la vida, todas las variedades de mangos, de plátanos, cocoteros, anacardos (nuez de la India), piñas, caña de azúcar… 
¡Todo crece en esta tierra mística!
¡A profusión!
En las orillas del rio, es la hora en la que hay que enjabonarse y meterse al agua, los hombres en calzones y la mujeres en fondo o en sari, para otras es el momento de lavar la ropa, golpeándola fuerte contra una piedra, como para matar bien los microbios. 
A nuestro paso, las lanchas y chalupas llevando hombres y mujeres de una orilla a la otra, ellos y su carga cotidiana. 
Ocho horas de paseo que se nos fueron como agua.

El Estado de Kerala es uno de los más ricos del país. 
Para nosotros, que la mayoría de los caminos nos habían llevado por la pobreza y la miseria, fue una sorpresa encontrar tantos barrios con admirables casas y mansiones. 
Una residencia por aquí, una hermosa casa por acá, he aquí otra más; un portón dorado, una terraza en mármol, un encantador jardín, un guardia en la puerta… 
¡Eh, mira allá, una de las más grandes y modernas!
¿Es acaso un concurso de belleza?
¿De poder?
¿De apariencia?
Qué bueno que hay gente rica en la India, qué bueno que tengan tanto dinero para vivir en casas tan hermosas como éstas. 
Pero qué lástima que no piensen en organizarse para tapar los drenajes llenos de basura, aguas negras e inmundicia, que pasan justo frente de sus casas. 
¿O, es tal vez para conservar el lazo que los une a los pobres?

En Kovalam estalla en celebración religiosa en el momento de nuestra llegada. 
La música que se emite desde el templo repica, a través de enormes altavoces, en todos los rincones del pueblo. 

Aquí sí que nos vendría bien un apagón. 
Pero una búsqueda exhaustiva de calma nos lleva hacia un hotel, un poco lejos de la celebración y del ruido y por primera vez desde el inicio de nuestro viaje, con piscina e internet en la habitación!!!! 
Estamos a finales de marzo pero en el sur del la India, el turismo ya entró en periodo bajo. 
Así, la disponibilidad y los precios son cada vez más interesantes. 
Playa, terraza y piscina será nuestro programa de los próximos días. 
Pero la parte realmente interesante de este lugar, la encontramos lejos de la parte turística. 
Entre el camino de la mezquita a la iglesia católica, se extiende por varios kilómetros una playa donde centenas de barcos y un sinnúmero de seres humanos se arremolinan en pequeños grupos alrededor de los barcos y redes cargadas de pescado. 
Como dos espectadores de los que absolutamente nadie parece ocuparse, observamos con detalle la llegada, distribución y venta del pescado, el lugar, los barcos, la muchedumbre; nos parecía como si, de pronto, hubiéramos entrado en una pantalla gigante en plena película. 
Pero no, estábamos ahí en realidad, bien presentes para sentir el olor fresco del pescado. Luego también para probarlo.
El primero de abril llegamos al extremo sur de la India, Kannyakumari, y entramos al Estado de Tamil Nadu. 
A Pondichérry, antigua colonia francesa, llegamos el once de abril, con alerta tsunami como bienvenida. 
Que gracias a Dios no se produjo. 
Aun estamos en esta ciudad, y entre paseo y trabajo para actualizar nuestro blog también estamos preparando nuestro regreso a Bombay.

Si tienen un minuto, denos noticias suyas, también a nosotros nos gusta saber cómo están.

¡Mil abrazos y hasta la próxima!





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